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martes, octubre 31, 2017

Mensaje al Papa (x Antonin Artaud) 



Tú no eres el confesionario, ¡oh Papa!: nosotros lo somos.

Compréndenos y que los católicos nos comprendan.

En nombre de la Patria, en nombre de la Familia, impulsas a la venta de las almas y a la libre trituración de los cuerpos.

Entre nuestra alma y nosotros mismos, tenemos bastantes caminos que transitar, bastantes distancias que salvar para que vengan a interponerse tus tambaleantes sacerdotes y ese cúmulo de aventuradas doctrinas con que se nutren todos los castrados del liberalismo mundial. A tu dios católico y cristiano que -como los otros dioses- ha concebido todo el mal:

1. Te lo has metido en el bolsillo.

2. Nada tenemos que hacer con tus cánones, índex, pecados, confesionarios, clerigalla; pensamos en otra guerra, una guerra contra ti, Papa, perro.

Aquí el espíritu acepta confesarse ante el espíritu.

De la cabeza a los pies de tu mascarada romana, triunfa el odio a las verdades inmediatas del alma, a esas llamas que consumen el espíritu mismo. No hay Dios, Biblia o Evangelio, no hay palabras que puedan detener al espíritu.

No estamos en el mundo. ¡Oh, Papa confinado en el mundo!, ni la tierra ni Dios hablan de ti.

El mundo es el abismo del alma, Papa contrahecho, Papa ajeno al alma; déjanos nadar en nuestros cuerpos, deja nuestras almas en nuestras almas; nosotros no necesitamos tu cuchillo de claridades.


(Antonin Artaud, 1925. Incluido en Carta los Poderes).

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jueves, octubre 26, 2017

Ni chilenos ni argentinos (Boletín La Oveja Negra N° 50) 



Frente a los numerosos ataques racistas y xenófobos que afirman que «los mapuche son chilenos» e incluso que «mataron a los tehuelche que, esos sí, son argentinos», basta recordar no solo que ambos pueblos se encuentran a ambos lados de la cordillera, ¡sino que son preexistentes a la conformación de los Estados chileno y argentino! Y que ambos Estados intentaron aniquilarlos, de eso se trató la denominada Conquista del desierto realizada por la República Argentina entre 1878 y 1885 y la anterior Pacificación de la Araucanía del otro lado de la cordillera (1861–1883).

Afín a los tiempos actuales, donde las peores aberraciones deben hacerse con un lindo discurso, desde hace años se insiste en usar la categoría de "pueblos originarios" para referirse a los grupos humanos que habitan este continente desde antes de la llegada de los españoles. Creen los especialistas que es mejor que llamarles salvajes, indios, aborígenes, indígenas... aunque el genocidio siga existiendo.(1)

Nosotros que no somos mapuche, sino nietos de inmigrantes de cualquier rincón del planeta, mestizos, mezcla de inmigrantes e indios, nos preguntamos qué somos. La nacionalidad escrita en nuestras identificaciones es una imposición entre tantas otras. Tristemente hemos naturalizado tanto el modo de vida que llevamos como asalariados que nos olvidamos que también somos desposeídos, que nuestros ancestros fueron separados de sus tierras, de sus formas de vida y de producir, que fueron llevados a ciudades y barrios marginales para cubrir las necesidades de la vida mercantil. No encontramos una raíz étnica y una cosmovisión común que nos una con nuestros antepasados y con nuestro mundo natural, como la encuentran nuestros hermanos mapuche. Lo que sí nos une, sin embargo, es ese pasado de desposes ión y la certeza de que la humanidad precedió al Estado y al dinero, a la propiedad privada y la avaricia. Esas son nuestras raíces y es la razón que nos empuja a luchar por algo distinto.

En Estados Unidos, en Cuba, en Argentina, en Suecia, en Venezuela o en Irak, hay explotadores y hay explotados, hay opresores y hay oprimidos. Nuestra clase, la de los desposeídos, resiste y se enfrenta en todas partes contra el mismo enemigo, el Capital, el Estado, que ha logrado expandirse y dominar todos los territorios. Lo único que nos queda, si queremos destruir las condiciones de su existencia, es aunar nuestras luchas como proletarios y proletarias en todo el mundo, ser una clase mundial en lucha. O sea, asumir estas luchas particulares como una lucha internacionalista, no tan solo solidarizándonos con los oprimidos de otras regiones sino asumiendo que su lucha es la nuestra, luchando desde donde estamos, en “nuestras” ciudades, en “nuestro” país, contra “nuestro” Estado, contra “nuestra” burguesía.(2)

Ya lo han dicho antes que nosotros: «El proletariado no tiene patria» y nunca la tuvo.» La patria es la organización que se dieron ricos y opresores en sus competencias, ellos crearon Naciones y Estados a costa de miles y miles de vidas proletarias que sucumbieron en trincheras, campos de trabajo, defendiendo fronteras que no eran las suyas. La patria no es más que la excusa para separarnos y oponernos como oprimidos, para que trabajemos para ellos y no logremos una comunidad de intereses, de deseos, de lucha. ¿Por qué? Porque eso nos hace peligrosos, porque nosotros fuimos, somos y seremos muchos más, y los defensores del Capital hacen todo lo posible para que no nos enteremos.

A TODOS NOS ROBARON LAS TIERRAS, A LOS MAPUCHE TAMBIÉN

Podemos ir más atrás en el tiempo y corroborar cómo desde hace más de 500 años muchos pueblos vienen combatiendo y sobreviviendo a la desposesión.

El 12 de octubre no representa el “encuentro de dos mundos”: ese fue el día en que comenzó una de las más atroces guerras. En términos generales se produjo en América una destrucción poblacional de un 90 por ciento, es decir, la pérdida de aproximadamente 70 millones de seres humanos (y esto sin contar los esclavos extirpados de África)

Tampoco es cierto que el mal llamado “descubrimiento” (el ser humano de hecho llegó a este continente hace, por lo menos, 15 mil años) haya sido un acontecimiento casual. Fue más bien la culminación de un proceso acumulativo de experiencias de exploración y conquista y de perfeccionamientos tecnológicos que se dieron en los años previos a la colonización, en algunos países de Europa, especialmente en Portugal y España.

En esos momentos, las distintas regiones europeas comenzaban ya a especializarse en la producción para el comercio a larga distancia, los mercaderes se constituían en la figura clave del período en que la producción para el intercambio comenzaba a generalizarse, cada vez más desligada de las necesidades directas.

Fue en este escenario de acumulación primitiva u originaria del Capital, que Colón concretó su expedición con el objetivo de llegar a China por el camino occidental “directo”.

Pero las necesidades del mercado mundial de expandirse no sólo empujaron a la colonización y búsqueda de nuevos territorios para explotar. En Europa se implementó, por distintos medios, la privatización de la tierra, expulsión de inquilinos, aumento de las rentas e incremento de los impuestos por parte del Estado, lo que produjo el endeudamiento y la venta de tierras que se fueron acumulando en pocas manos. Los precios de los alimentos, que durante dos siglos habían permanecido estancados, comenzaron a aumentar. A este fenómeno “inflacionario” se le llamó La Revolución de los Precios, debido a sus devastadoras consecuencias sociales, y fue atribuido a la llegada del oro y la plata de América.

A su vez, es revelador saber que la mayor parte del oro acabó en templos en la India, y la abrumadora mayoría de la plata fue enviada a China. De hecho, Europa había exportado oro y plata a oriente desde tiempos de Roma. Los primeros años de expansión europea fueron en gran medida producto de la necesidad de nuevas fuentes de oro y plata con qué pagar los lujos orientales.

La historia del Capital y de las luchas contra su surgimiento y desarrollo nos demuestra su carácter mundial y destructivo desde sus inicios. Lejos está de ser un desarrollo natural de la especie; este sistema sólo pudo llegar a ser lo que es hoy gracias a la aniquilación y utilización de todas las diversas formas de vida y de vinculación con el mundo y entre humanos que existían en la Tierra y que se le opusieron como pudieron.

Otra vez, hacer memoria, nos recuerda que «el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza».(3)

Notas:

1. ¿Pueblos originarios?, La Oveja Negra nro.21, octubre de 2014
2. ¿Por qué internacionalistas?, La Oveja Negra nro.8, abril de 2013
3. La conquista de América y el desarrollo del mercado mundial, La Oveja Negra nro.21, octubre de 2014

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jueves, octubre 19, 2017

1917/2017 


100

El mismo momento histórico en que el bolchevismo ha triunfado por sí mismo en Rusia y la social-democracia ha combatido victoriosamente por el viejo mundo marca el nacimiento acabado de un orden de cosas que es el centro de la dominación del espectáculo moderno: la representación obrera se ha opuesto radicalmente a la clase.


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"En todas las revoluciones anteriores", escribía Rosa Luxemburgo en la Rote Fahne del 21 de diciembre de 1918, "los combatientes se enfrentaban a cara descubierta: clase contra clase, programa contra programa. En la revolución presente las tropas de protección del antiguo régimen no intervienen bajo el estandarte de las clases dirigentes, sino bajo la bandera de un 'partido social-demócrata'. Si la cuestión central de la revolución fuera planteada abierta y honradamente: capitalismo o socialismo, ninguna duda, ninguna vacilación serían hoy posibles en la gran masa del proletariado." Así, días antes de su destrucción, la corriente radical del proletariado alemán descubría el secreto de las nuevas condiciones que había creado todo el proceso anterior (al que la representación obrera habría contribuido de modo importante): la organización espectacular de la defensa del orden existente, el reino social de las apariencias donde ninguna "cuestión central" puede ser ya planteada "abierta y honradamente". La representación revolucionaria del proletariado en este estadio había llegado a ser a la vez el factor principal y el resultado central de la falsificación general de la sociedad.


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La organización del proletariado sobre el modelo bolchevique, que había nacido del atraso ruso y de la capitulación del movimiento obrero de los países avanzados ante la lucha revolucionaria, encontró también en el atraso ruso todas las condiciones que llevaban esta forma de organización hacia la inversión contrarrevolucionaria que contenía inconscientemente en su germen original; y la capitulación reiterada de la masa del movimiento obrero europeo ante el Hic Rhodus, hic salta del período 1918-1920, capitulación que incluía la destrucción violenta de su minoría radical, favoreció el desarrollo completo del proceso y permitió que el falaz resultado se afirmara ante el mundo como la única solución proletaria. La apropiación del monopolio estático de la representación y de la defensa del poder de los obreros, que justificó al partido bolchevique, le hizo llegar a ser lo que ya era: el partido de los propietarios del proletario, eliminando en lo esencial las formas precedentes de propiedad.


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Todas las condiciones de la liquidación del zarismo examinadas en el debate teórico siempre insatisfactorio durante veinte años entre las diversas tendencias de la socialdemocracia rusa - debilidad de la burguesía, peso de la mayoría campesina, papel decisivo de un proletariado concentrado y combativo pero extremadamente minoritario en el país - revelaron finalmente en la práctica sus soluciones, a través de una premisa que no estaba presente en las hipótesis: la burocracia revolucionaria que dirigía el proletariado, apoderándose del Estado, impuso a la sociedad una nueva dominación de clase. La revolución estrictamente burguesa era imposible; la "dictadura democrática de los obreros y de los campesinos" estaba vacía de sentido; el poder proletario de los soviets no podía mantenerse a la vez contra la clase de los campesinos propietarios, la reacción blanca nacional e internacional y su propia representación exteriorizada y alienada en partido obrero de los dueños absolutos del Estado, de la economía, de la expresión y pronto hasta del pensamiento. La teoría de la revolución permanente de Trotsky y Parvus, a la cual Lenin se unió de modo efectivo en abril de 1917, fue la única que llegó a verificarse en los países atrasados desde el punto de vista del desarrollo social de la burguesía, pero sólo tras la introducción de este factor desconocido que era el poder de clase de la burocracia. La concentración de la dictadura en las manos de la representación suprema de la ideología fue defendida con la mayor consecuencia por Lenin en los numerosos enfrentamientos de la dirección bolchevique. Lenin tenía razón contra sus adversarios cada vez que sostenía la solución implicada en las elecciones precedentes del poder absoluto minoritario: la democracia negada estatalmente a los campesinos debía negarse a los obreros, lo que llevaba a negarla a los dirigentes comunistas de los sindicatos, y en todo el partido, y finalmente hasta en la cima del partido jerárquico. En el X Congreso, en el momento en que el soviet de Cronstad era abatido por las armas y enterrado bajo la calumnia, Lenin pronunciaba contra los burócratas izquierdistas organizados en "Oposición Obrera" esta conclusión, cuya lógica extendería Stalin hasta una perfecta división del mundo: "Aquí, o bien allá con un fusil, pero no con la oposición... Estamos hartos de la oposición."


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Al permanecer la burocracia como única propietaria de un capitalismo de Estado trató primero de asegurar su poder en el interior mediante una alianza temporal con el campesinado, después de Cronstadt, y con la "nueva política económica", tal y como la defendió en el exterior utilizando a los obreros regimentados en los partidos burocráticos de la III Internacional como fuerza de apoyo de la diplomacia rusa, para sabotear todo movimiento revolucionario y sostener gobiernos burgueses con cuyo apoyo contaba en política internacional (el poder de Kuo-Min-Tang en la China de 1925-27, el Frente Popular en España y en Francia, etc.). Pero la sociedad burocrática debía proseguir su propia culminación mediante el terror ejercido sobre el campesinado para realizar la acumulación capitalista primitiva más brutal de la historia. Esta industrialización de la época estalinista revela la realidad última de la burocracia: es la continuación del poder de la economía, el salvamiento de lo esencial de la sociedad mercantil mediante el mantenimiento del trabajo-mercancía. Es la prueba de la economía independiente que domina la sociedad hasta el punto de recrear para sus propios fines la dominación de clase que le es necesaria: lo que equivale a decir que la burguesía ha creado un poder autónomo que, mientras subsista esta autonomía, puede hasta llegar a prescindir de la burguesía. La burocracia totalitaria no es "la última clase propietaria de la historia" en el sentido de Bruno Rizzi, sino solamente una clase dominante de sustitución para la economía mercantil. La propiedad privada del capitalismo decadente es reemplazada por un sub-producto simplificado, menos diversificado, concentrado en propiedad colectiva de la clase burocrática. Esta forma subdesarrollada de clase dominante es también la expresión del subdesarrollo económico; y no tiene otra perspectiva que superar el retraso de este desarrollo en ciertas regiones del mundo. El partido obrero, organizado según el modelo burgués de la separación, ha proporcionado el cuadro jerárquico-estatal a esta edición suplementaria de la clase dominante. Anton Ciliga anotaba en una prisión de Stalin que "las cuestiones técnicas de organización resultaban ser cuestiones sociales" (Lenin y la revolución).


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La ideología revolucionaria, la coherencia de lo separado de la que el leninismo constituye el más alto esfuerzo voluntarista, que detenta la gestión de una realidad que la rechaza, con el stalinismo reencontrará su verdad en la incoherencia. En este momento la ideología ya no es un arma, sino un fin. La mentira que ya no es contradicha se convierte en locura. Tanto la realidad como el fin son disueltos en la proclamación ideológica totalitaria: todo lo que ella dice es todo lo que es. Es un primitivismo local del espectáculo, cuyo papel es sin embargo esencial en el desarrollo del espectáculo mundial. La ideología que aquí se materializa no ha transformado económicamente el mundo, como el capitalismo que ha alcanzado el estadio de la abundancia; solo ha transformado políticamente la percepción.


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La clase ideológica-totalitaria en el poder es el poder de un mundo invertido: cuanto más fuerte es, más afirma que no existe, y su fuerza le sirve antes que nada para afirmar su inexistencia. Es modesta sólo en este punto, pues su inexistencia oficial debe coincidir también con el nec plus ultradel desarrollo histórico, que simultáneamente se debería a su dominio infalible. Expuesta por todas partes, la burocracia debe ser la clase invisible para la conciencia, de forma que toda la vida social se vuelve demente. La organización social de la mentira absoluta dimana de esta contradicción fundamental.

(Guy Debord, La sociedad del espectáculo, 1967).

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martes, octubre 17, 2017

2&3 DORM/Kalinov Most/Weasel Walter en 2 facetas 

Las dos mejores revistas con que me he topado ahora último son estas.



-Por un lado, el segundo número (N°1, porque el anterior fue el cero) de 2&3 Dorm.

Cuando el año pasado estuve en Punta Arenas y distribuí copias del N°0 nadie entendía el nombre: 2&3 DORM? Entonces les mencionaba que eso era casi lo único que se veía en Santiago, en las zonas en que las nuevas construcciones de edificios proliferan como plaga. Quienes habían estado por acá hace poco se daban cuenta y ahí si entendían el nombre.

Ahora acaba de salir otro número, pero por ahora sólo en versión digital.

Algunos titulares:

-Crisis y crítica: ajuste de cuentas.
-Variaciones sobre lo mismo: Ciencia y vida cotidiana.
-Notas preliminares sobre el proyecto para la construcción de Oarystis, la ciudad del deseo (Raoul Vaneigem, 2002).
-Estudios preliminares sobre la violencia. Ciudad Juárez.
- Variaciones sobre lo mismo: Sociedad de control y vida cotidiana.
-BIJI KRITIK ROJAVA
-Horarios.
-¿Organizarse o abandonarse a la deriva?

“La mutilación de los vínculos sociales que resulta del modo de producción basado en el valor necesita ser continuamente repetida y se expone abiertamente mediante la guerra. Así, una vez caído el barniz de “bienestar social”, aparece la violencia como experiencia vital de las relaciones sociales capitalistas. Aparece el mundo en ruinas que es tanto un producto del trabajo social de los sujetos económicos como mundo recreado a imagen y semejanza de las necesidades del capital. En él, frente a la progresiva “desubstancialización” del valor, la guerra como política de administración social y control territorial continua la brutal competencia económica e intensifica la lucha por la supervivencia en el mercado.

La creciente tensión entre el modo de producción basado en el valor y los resultados de su desarrollo histórico nos permite afirmar la necesidad de abolir el valor como medida de la riqueza social y el trabajo del que depende.

La negación del capitalismo como forma de reproducción social, solo puede ser llevada a cabo por aquellos que han sido negados por él. Si esta ruptura ocurre será producto de una autoemancipación asumida y practicada ya en el seno de la barbarie. El ahora es lo que orienta, sitúa y presiona”. 


Una sola canción entremedio en esta ocasión, y sería de This Heat, S.P.Q.R., del álbum Deceit, traducida al castellano. “Todos los caminos nos llevan de vuelta a Roma”. 

En el primer texto se realiza una interesante mirada al período 2001, como momento de notorio resurgimiento de la perspectiva anticapitalista radical en Chile, y a los procesos que en ese momento protagonizaron agrupamientos tan disímiles como el Congreso de Unificación Anarco Capitalista (CUAC), la Coordinadora Anticapitalista, el Instituto de Prehistoria Kontemporánea /(IPREK) y el Instituto de Vandalismo Comparado (IVC), que se fusionarían luego en el Núcleo de IRA...y algunos desarrollos posteriores hasta el día de hoy.



-Otra revista que acaba de salir, en papel y por ahora no en formato digital, es la Revista Anarquista Internacional KALINOV MOST. 

"Presentación.

En este punto no existen las vacilaciones, la decisión está tomada y no hay vuelta atrás. Abandono la comodidad de lo establecido y me aventuro hacia la incertidumbre del enfrentamiento… Kalinov Most es un nombre de la mitología medieval rusa que significa Puente de Kalinov, el cual une el mundo de los vivos con el infierno, separados ambos por un río de fuego. Quien decide adentrarse en el puente es con el propósito abandonar el mundo de los vivos y lo hace por voluntad propia. Llegado a este punto no hay posibilidad de retorno por lo que el puente representa un límite donde no hay titubeos ni dudas. La opción está tomada y asumida.

Esta revista es una invitación a quebrar con lo existente, a asumir la confrontación contra el poder en toda su amplitud y complejidad sabiendo que representa un camino sin retorno del que no sabemos qué puede deparar. Al decidirnos cruzar la frontera de lo establecido dejamos atrás la monotonía y la rutina de la vida ciudadana, rompemos esquemas y dogmas esclavizadores aventurándonos en el enfrentamiento irrefrenable y permanente. No hay arrepentimiento, no hay lamentaciones, no hay pasos atrás en esta opción libre e individualmente elegida que asumimos con todo lo que pueda conllevar.

Con esta publicación pretendemos aportar a los diferentes debates y reflexiones existentes en los espacios anarquistas y antiautoritarios desde una posición que busca afilar ideas y prácticas de confrontación al dominio alejadas de toda doctrina. Pautas y normas morales de comportamiento sólo limitan y coartan la libertad individual, por lo que entendemos el enfrentamiento como un proceso dinámico capaz de reinventarse constantemente, tensionando nuestros entornos y a nosotrxs mismxs. El cuestionamiento permanente permite profundizar acciones buscando, de esta forma, agudizar la conflictividad.

Al analizar experiencias desde diferentes territorios intentamos fortalecer y ahondar la reflexión con respecto a temas específicos. Esto permite conocer realidades e iniciativas llevadas a cabo en diversas situaciones y contextos para entrecruzarlas, complementando así nuestra postura sobre alguna cuestión en concreto. De esta manera nos alejamos del mero reporte periodístico que sólo describe una situación particular de un territorio particular, como  también de los lastimeros artículos de denuncia para adentrarnos en el necesario diálogo de experiencias que inevitablemente refuerza la práctica confrontadora al ampliar puntos de vista y romper fronteras.

Esta revista supone una apuesta por transitar los negadores caminos de la anarquía en sus múltiples aspectos, supone decisión sin posibilidad de retorno ni arrepentimiento, supone, entonces, la construcción de un Kalinov Most".

-La realidad se soporta menos sin música libre.

En esta ocasión, destaco dos facetas algo diferentes del conocido veterano del no wave/free jazz/brutal prog/black metal/hardcore punk, el señor Weasel Walter:

1.- Tocando batería junto al saxofonista Chris Pitsiokos (¡qué impresionante manejo de la respiración circular!)
2.- Haciendo karaoke con la "Rapsodia Bohemia" de Queen para un interesante disco de covers de los chicos de Freddy Mercury titulado "Dinamyte with a laserbeam".




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jueves, octubre 12, 2017

Don Otto en Rusia. Parte 1. 

MOSCÚ Y NOSOTROS (Otto Rühle, 18 de septiembre de 1920)


La Primera Internacional era la Internacional del despertar.  Su papel era el de llamar al proletariado mundial a despertarse; era el de dar la gran consigna del socialismo.  Su tarea era propia del dominio de la propaganda.  La Segunda Internacional era la Internacional de la organización.  Su papel era el de reunir, formar, preparar para la revolución las masas que se habían despertado a la conciencia de clase.     Su tarea era propia del dominio de la organización.  La Tercera Internacional es la Internacional de la revolución. Su papel consiste en poner en marcha las masas y desencadenar su actividad revolucionaria; consiste en realizar la revolución mundial e instaurar la dictadura proletaria.  Su tarea es una tarea revolucionaria. La Cuarta Internacional será la Internacional del comunismo.  Su papel es instaurar la nueva economía, organizar la nueva sociedad, realizar el socialismo. Es desmantelar la dictadura, disolver el Estado, dar nacimiento a la sociedad sin dominación, ¡finalmente libre!  Su tarea es la realización de la idea comunista.  

II 
La III Internacional se califica como Internacional comunista. Quiere ser más de lo que puede. Es la Internacional revolucionaria, ni más ni menos. En esto se sitúa en la posición más alta hasta ahora en la escala graduada de las Internacionales y realiza la tarea más elevada que debe cumplir y que es posible cumplir hoy.  Se la podría llamar la Internacional rusa. Su creación procedía de Rusia. Tiene su sede en Rusia. Está dominada por Rusia. Su espíritu es un condensado perfecto del espíritu de la revolución rusa, del Partido comunista ruso.  Por esta razón precisamente no puede ser ya la Internacional comunista. Lo que atrae las miradas del mundo sobre Rusia – miradas de espanto o de admiración – no es todavía el comunismo.  Es la revolución, es la lucha de clase del proletariado contra la burguesía, llevada con una resolución, un heroísmo y una perseverancia formidables, es la dictadura.  Rusia está todavía lejos, a leguas, del comunismo. Rusia, el primer país que ha llegado a la revolución y que la ha llevado victoriosamente hasta el final, será el último país que llegará al comunismo.  ¡No y no, la III Internacional no es una Internacional comunista! 

III 
Los bolcheviques han llegado al poder en Rusia no tanto gracias al combate revolucionario por la idea socialista como por un golpe pacifista.  Han prometido la paz al pueblo.  Y la tierra – la propiedad privada – a los campesinos.  De este modo es como han tenido el conjunto del pueblo detrás de ellos.  Y el golpe ha triunfado.  Han saltado toda una época, el período del desarrollo del capitalismo.  Por un fabuloso salto peligroso, han entrado en el socialismo saliendo del feudalismo, cuyo hundimiento, que había comenzado en 1905, la guerra ha acelerado y acabado. Se figuraban al menos que la toma del poder político por los socialistas bastaría para abrir una época socialista.  Lo que debe crecer y madurar lentamente como producto de un desarrollo orgánico, ellos creían poder colmarlo de una manera voluntarista.  Revolución y socialismo eran para ellos, en primer lugar, un asunto político. ¿Cómo podían marxistas tan excelentes olvidar que aquellos son, sobre todo, un asunto económico?  La producción capitalista más madura, la técnica más desarrollada, la clase obrera más educada, el rendimiento productivo más elevado son condiciones previas – por no citar más que esas – sine qua non de la economía socialista y, por ahí mismo, del socialismo en general.  ¿Dónde se han encontrado estas condiciones previas en Rusia?   La extensión rápida de la revolución mundial podrá colmar esta falta. Los bolcheviques han hecho todo lo posible por provocarla. Pero hasta el presente no ha tenido lugar.  De esta manera ha nacido un vacío.  Un socialismo político sin fundamento económico.  Una construcción teórica. Un reglamento burocrático. Una colección de decretos que sólo existen sobre el papel. Una frase que anima la agitación. Y una decepción espantosa.  El comunismo ruso está suspendido en el aire. Y así permanecerá hasta que la revolución mundial haya creado las condiciones de su realización en los países más desarrollados en el sentido capitalista, los más maduros para el socialismo. 

IV  
La avalancha revolucionaria está en movimiento. Se desata sobre Alemania. Pronto habrá alcanzado otros países.  En cada país encuentra relaciones económicas distintas. Distinta estructura social. Distintas tradiciones. En cada país, el grado de desarrollo político del proletariado es diferente; diferente su relación con la burguesía, con los campesinos; diferente en esto también su método de lucha de clases.  En cada país, la revolución toma su propia fisonomía. Crea sus propias formas. Desarrolla sus  propias leyes.  Aunque se despliega como un asunto internacional, la revolución es, en primer lugar, un asunto que concierne a cada país, a cada pueblo en sí.  Por muy preciosas que sean las experiencias revolucionarias de Rusia para el proletariado de un país, por muy agradecido que esté por los consejos de su hermano y el apoyo de su vecino, la revolución misma es su asunto; debe ser autónomo en sus combates, libre en sus resoluciones, y no influenciado y estorbado en la evaluación y explotación de la situación revolucionaria. ¡La revolución rusa no es la revolución alemana, no es la revolución mundial! 

V  
En Moscú se es de otra opinión.  Allí se tiene el esquema revolucionario standard.  La revolución rusa se ha desarrollado supuestamente según este esquema.  Los bolcheviques han librado sus combates según este esquema.  Por consiguiente, la revolución debe desarrollarse también en el resto del mundo según este esquema.  Por consiguiente, los partidos de los demás países deben también librar sus combates según  este esquema.  Nada más fácil y simple que esto.  En tal sitio tenemos una revolución..., tenemos un partido revolucionario..., ¿qué hay que hacer?  Sacamos del bolsillo el esquema revolucionario standard (marca Lenin), lo aplicamos... ¡hurra! Esto funciona... y ¡crac! ¡La revolución ha triunfado!  Y ¿a qué se parece este prodigioso esquema standard?

“La revolución es asunto de partido. El Estado es asunto de partido. La dictadura es asunto de partido. El socialismo es asunto de partido”.  Y además: “El partido es la disciplina. El partido es la disciplina de hierro. El partido es el poder de los jefes. El partido es el centralismo más riguroso. El partido es el militarismo. El partido es el militarismo de hierro, absoluto, el más riguroso.”  Traducido concretamente, este esquema quiere decir: Arriba los jefes, abajo las masas.  Arriba: la autoridad, el burocratismo, el culto a la personalidad. La dictadura de los jefes. El poder del cuartel general.  Abajo: la obediencia ciega. La subordinación. El ¡firmes!  Un aparato de bonzos multiplicado.  Una Central del KPD al superlativo.  

VI  
No es posible aplicar por segunda vez en Alemania el sistema Ludendorff1, aunque tomase el uniforme bolchevique.  El método ruso de la revolución y del socialismo no es aceptable para Alemania, para el proletariado alemán.  Lo rechazamos. Absolutamente. Categóricamente. Sería un desastre.  Más que esto, sería un crimen.  Llevaría la revolución a su perdición.  Por esta razón no queremos, y no podemos, tener nada en común con una Internacional que acaba por imponer, incluso por la fuerza, el método ruso al proletariado mundial. 

Debemos conservar una libertad y una autonomía completas. 


El proletariado alemán hará su revolución alemana, como el proletariado ruso ha hecho su revolución rusa.  Ha llegado más tarde a la revolución.  Debe luchar más difícilmente.  Pero llegará al comunismo más pronto y de manera más segura.

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miércoles, octubre 04, 2017

Versiones, diversiones y perversiones: si la cago me avisan. El arte del cover, parte 2 




Al final, lo más difícil de todo es hablar de música. Incluso escribir sobre libros es más fácil en comparación.

Como no hay tiempo ni talento para escribir los libros necesarios, en esta época de mierda postmoderna uno se conforma con soltar pequeñas notas mal hiladas y peor redactadas.

Pero es lo que hay.

Y no hay que autoflagelarse.

Por ejemplo, nunca más habíamos vuelto a abordar la cuestión de las versiones o coveres de canciones o creaciones de un artista o colectivo de artistas, por parte de otros ídem.

Un ejemplo que siempre me ha parecido notable de buenos cóveres es el tratamento dado a la ya en sí misma bastante adorable canción “Nopuedo obtener SATISFACTIÓN”, de Keith Richards (que soñó este riff y lo grabó en su guitarra de cabecera) y las Rocas Rodantes (aka Rollin´Stouns).

(En términos de economía libidinal, es interesante constatar que mientras los Beatles hablaban de “Por qué no hacerlo en la calle”, y los Buzzcocks rendían el más bello tributo a la masturbación manual (¿masculina, o no necesariamente?) en “Adicto al orgasmo”, y los mismos Stones -versionados luego por Ziggy Bowie- decían “¿Por qué no pasamos la noche juntos?”, en Bustamante con Rancagua ya no está más la vieja consigna luminosa del aviso de champagne Valdivieso: “Y HOY, ¿POR QUÉ NO?”. Una de las mejores consignas de todos los tiempos. Lo peor es que fue reemplazada por otra que ni retengo).

Bueno: me perdí. Sigamos:

Ese himno sexual adolescente de Mick/Keith y tropa (incl. Brian Jones!!!) fue versionado con excelentes y disímiles resultados tanto por

-DEVO (arwi not men?!? Wi ar DIVOU!), hacia ¿1978 si no me equivoco? y

-los Residentes. En 1976, con la interesante colaboración de Dedodeculebra en la guitarra.

Ninguna versión se parece a la otra, ni tampoco se parecen mucho al original. Ambas son brillantes. Y esa es la gracia. Porque para demostrarle al mundo que puedes tocar otra canción tal cual suena en los artefactos/mercancías con que los has consumido (LP; radio, caset, CD, youtube o descarga-de-la-hueá-que-sea sea), no se justifica tanto gasto de tiempo y energía. Mejor ponla de nueva y chao. Sigue practicándola en t pieza, pero no te molestes en grabarla ni darla a conocer. O sí En fin. Hueá tuya.

2do ejemplo: la canción más versionada de la historia, probablemente, sea Louie Louie. Hasta hay discos enteros dedicadas a eso: compilar diversas versiones.

-La de los Kingsmen es la más estándar, creo yo. Pero la más poderosa hasta ahora me parecía que era de la los

BANDERA NEGRA. Excelente trabajo de Greg Ginn en la guitarra, pero de toda la banda también si se fijan bien. ¿Insuperable? No sabemos, pero…

Tal vez el mejor producto de las actividades de Matts Gustafson desde Suecia (Escandinavia: no confundir con los relojes de los banqueros suizos) que haya escuchado hasta ahora no sea The Thing solos, sino que el proyecto puntual en que se unió The Thing a Cato salsa Experiencia y el maestro Joe MacPhee (famoso en todo el mundo por “Nation Time”, y además famoso dentro de los límites de mi casa por su “Tenor”, álbum grabado en 1976 a solas con su tenor y nada más, en las montañas suizas por cierto, no sé si financiado por algún banquero). Este proyecto se llamó DOS BANDAS Y UNA LEYENDA, e incluye varios covers curiosos pero divertidas (desde P.J Harvey a Mongezi Feza y los Cramps) , y una versión de LUY LUY que demoré un poco en apreciar pero coincido con las notas de T. Moore (el infiel exguitarrista de la Juventud Sónica) en que parece ser la mejor versión después de la de Black Flag. Agregaría: uno de los encuentros más afortunados de free jazz ventolera con riffs cargados de raw power que he escuchado en el último tiempo. Raro para estar hecho en pleno 2007, cuando ya casi toda la música había muerto (y no ha resucitado. Hasta nuevo aviso).
No conocemos si JOY DIVISION efectivamente llegó a tocar y menos grabar alguna versión de este hit universal, pero cuando terminan de interpretar bastante mediocremente pero con algo de su indiscutible carisma “SisterRay” de los Velvet Underground, dice al micrófono: “deberían oírnos tocar LOUIE LOUIE” (evento documentado en su álbum póstumo en vivo “Still”). Sí. Me encantaría.
Otro camarada me envía otra versión más, por si fuera poco, en español, y la verdad es que esto no parará jamás.
Y me doy cuenta que comparar el cover de los VU por Joy División con el original es el 3er ejemplo de la tarde. Y eso es todo por ahora, amigos y enemigos.

(La foto no tiene mucho que ver: es Alan Vega, de Suicide, 1938/2016. Que en rock and roll descanse).

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martes, octubre 03, 2017

"Para acabar con el trabajo", x Tortilla Flat Unlimited (1979). 

Una importante reedición, en formato PDF potlacht/don, está circulando gracias a editorial ni tiempo ni ganas. Se trata de "Para acabar con el trabajo", un documento de enorme importancia para la teoría revolucionaria, eslabón perdido entre los textos iniciales sobre la comunización, en los 70.

Los dejo con algunos fragmentos de la presentación a este edición, y un fragmento sobre el comunismo.

No fue malo leerlo escuchando a Musica Elettronica Viva, Abandona la ciudad/Comunión Cósmica.



- Este libro que tiene en su pantalla fue editado, casi con total seguridad, en el año 1979, por la editorial Tortilla Flat Unlimited. Como relatan en la introducción fue escrito por dos franceses, uno de ellos vivía en España. Poco más puedo decir sobre la primera edición del texto. Se ha intentado mantener, en la medida de lo posible la maquetación original, incluyendo las fotografías, comics desviados y respetando los textos insertados en el bloque del texto principal.

(...)

Se de buena tinta que se intentó, por lo menos un par de veces, editar por estas moradas del norte por el colectivo Llar/Agitazión; e incluso por mediación del colectivo Etcétera se llegó a contactar con uno de los autores para que realizase una introducción al texto. Al final todo quedó en nada; los golpes represivos, el triunfo de la contrarrevolución, el desarreglo completo de todos los sentidos, la megalomanía, el devenir de la historia… a lo que hay que añadir, como causa principal, una pereza natural (¡y de convicción!).
(...)
Lo ideal hubiese sido expropiar un banco y con el dinero realizar una edición para regalar a las diferentes bibliotecas y colectivos pero dicha empresa me parece demasiado trabajo, muy arriesgada y poco fructífera a tenor del dinero que se podría conseguir con ello. O quizá hubiese sido mejor financiar la edición con el atraco a una okupa después de una fiesta y reivindicarlo haciendo una crítica en actos del mantenimiento del ciclo de acumulación de Capital en los espacios “liberados”, al uso del dinero dentro de los mismos.
(...)
En cuanto al etiquetamiento del libro se podría decir que es un texto escrito por dos revolucionarios, dos compañeros, que rechazan toda ideología y buscan en las diferentes teorías revolucionarias lo que consideran válido para la Revolución Social. Sus fuentes están ahí en el texto: Jean Barrot, Guerre Sociale, Marx, Fourier… Se podría decir, entonces, que entran dentro de la “corriente comunizadora” o comunización que surge a principios de los años 70. Esta apreciación, creo que es la que más se ajusta al espíritu del texto, pero dejaré a l@s profesionales de la hermenéutica revolucionaria dicho análisis.
(...)
El contenido se divide en cuatro partes diferenciadas: El mundo del trabajo y su lenta y cruel agonía, panorama de una derrota, la ofensiva democrática del Capital en España y algunas recetas para la olla de la historia.
Además incluyen como suplemento “Abundancia e indigencia en las sociedades primitivas”, un artículo que apareció por primera vez en el primer número de la revista “Guerre Sociale” en 1977 y que republicó como suplemento en el cuarto número de la misma en 1982.
(...)
No quiero extender más esta introducción, no tengo ni tiempo ni ganas, solo espero que agite el espíritu a más de un@ y por lo menos les haga reflexionar sobre la supervivencia superequipada en la que estamos para poder salir, de una vez por todas, de la prehistoria.

Vigilancia: ¡L@s recuperadores están entre nosotr@s!

¡Por la Anarquía! ¡Por el Comunismo!

¡Abolición de la mercancía y del trabajo asalariado!

¡Abajo la sociedad de clases!

¡Descansad!

Desde algún lugar en el entorno rural de la región asturiana.

Pierre Françoise Lacenaire

-Llamamos comunismo…

“Ya no está lejos el tiempo en el que los hombres se considerarán como miembros de una sola y misma familia, y trabajarán juntos en comunidad. Si la industria moderna no hubiera estado ahí para sacudir primero esta sociedad egoísta, y para después darle en tanto que sociedad comunista su excedente de fuerzas productivas, no hubiéramos recibido la idea del comunismo, y mucho menos hubiéramos creído que su realización fuera posible.” (Moses Hess, en un mitin comunista en Renania, en 1845)

La historia del capitalismo es la historia del hombre produciendo su sociedad en condiciones radicales de separación del productor y del producto. El fundamento, y el resulto de estas condiciones es la división de la sociedad en clases: una asegura la producción material, y la otra, a través de la propiedad privada, asegura que lo que es producido materialmente sea la misma sociedad a una escala aumentada: dicho de otra manera, que perpetua la pobreza de una clase y su sumisión. El modo de esta producción es el trabajo, es decir la especialización de una parte del tiempo para producir más de lo que es inmediatamente necesario. La relación humana que se concretiza en esto es el salariado, el intercambio mercantil generalizado.
En cada época, la resistencia del proletariado a esta sumisión, la tentativa de abolir el salariado, (consigna de la “liga de los comunistas”, de los primeros sindicatos, de la A.I.T.), pasa por la lucha económica contra las bases materiales de esta sumisión, (la miseria, el salario apenas suficiente para reproducirse, la propiedad privada de las máquinas y de las tierras), por la lucha política contra la clase que trata de dominar esta sociedad (la burguesía, al menos en un principio), y su Estado; implica la disolución de las relaciones sociales que han llegado a ser intolerables a consecuencia del desarrollo de las posibilidades humanas, y la construcción de una sociedad cuya meta sea la vida humana. Como trataremos de ilustrar, esto significa una conmoción profunda de toda la actividad, y del empleo humano del tiempo, de la naturaleza, del hombre mismo.

La teoría revolucionaria no es más que la expresión abstracta, la visión de un momento determinado de la lucha, de la sociedad que se quiere construir; es decir el análisis de las relaciones que se han creado en este momento de la guerra de clases, y de esta misma realidad que vuelve a servir como modelo general de quienes la utilizan, de aquello para lo que la utilizan, de las condiciones en las que la utilizan.

“Llamamos comunismo al movimiento real que suprime el actual estado de cosas”, es decir la lucha de los proletarios para cambiar radicalmente las relaciones sociales, y las relaciones aparecidas en esta lucha que crean las condiciones de la vida humana, de la dominación de su propia actividad. El comunismo no es un programa a realizar o a hacer realizar, sino un movimiento social. Si la memoria histórica de nuestra clase ha sido cuidadosamente obliterada por los defensores del orden, el mayor peligro viene del seno del movimiento obrero, y no solo del oficial. El Capital ha sabido  superar cada plazo que le imponemos, remodelando el mundo, reestructurando la producción y a nosotros mismos, adaptándose por necesidad vital a la desenfrenada carrera que le impone la lucha de clases. ¿Y nosotros, revolucionarios pretenderíamos guardar formas de lucha que ya fueron vencidas en su tiempo? Esto no es serio.

Es necesario ante todo reconocer qué situación específica vivimos, qué opresión moderna sufrimos; y, para esto, esclarecer, a través de la historia de las luchas que nos han hecho lo que somos, lo que es constante y lo que está superado.

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